Los coloretes ponen punto y final a un maquillaje. Son los cosméticos encargados de poner el broche de oro a cualquier estilo, otorgando un aspecto saludable al rostro y aportando equilibrio de color al conjunto del rostro y el maquillaje.
Sin duda, estas características lo convierten en un producto imprescindible.
La importancia de los coloretes en el maquillaje profesional ha hecho posible que la diversificación en el mercado haya alcanzado puntos insospechados, brindando un sinfín de opciones dentro de los productos de maquillaje profesional más valorados.
Esta variedad de coloretes permite que podamos optar por diferentes texturas y colores en función de las necesidades de nuestro rostro.
Cómo elegir la textura
Los colores pueden encontrarse en diferentes formatos y texturas.
Polvo
Generalmente se comercializan en polvos compactos, de un solo tono o de varios, que se mezclan al desprenderse con la brocha para aplicarlos.
El más utilizado en maquillaje, debido a su fácil aplicación, su adherencia y sus resultados, muy naturales.
Recomendado en cualquier tipo de maquillaje profesional.
Crema
Cuentan con una gran adherencia, lo que hace que sean más duraderos, aunque también más difíciles de aplicar.
Recomendado para pieles secas o castigadas por el sol.
Gel
Es la textura más ligera, lo que lo convierte en el colorete idóneo para utilizarlo directamente sobre la piel.
Proporciona una apariencia brillante y muy natural, y es fácil de usar y difuminar.
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Cómo elegir el tono
Para obtener resultados naturales, el color del colorete debe armonizar con el tono de la piel del rostro. Es por ello que, para poder hacer una elección correcta, a la hora de decantarse por un colorete es importante saber qué tono de piel tenemos.
Piel clara
Tonos pastel como el rosa y el salmón.
Piel oscura
Marrones y rojizos, como el burdeos, el fucsia o el bronce oscuro.
Piel rosada
Evitar los anaranjados, el melocotón, el bronce y el rosado. Optar por tonos dorados o amarillentos.
Cómo aplicar el colorete
Una vez que hemos elegido el tono del colorete en función del tono de la piel, es el momento de hacer uso de él. Para aplicar el colorete es imprescindible saber en qué zona hacerlo.
El colorete resulta más natural si se aplica justo encima del pómulo. Es decir, se comienza a aplicar en la zona del pómulo que queda por debajo del ojo, y se extiende hacia la sien.
Este producto se puede utilizar como corrector óptico, por lo que la zona de aplicación depende de la forma del óvalo del rostro.
De esta forma, si el rostro es alargado, el colorete se aplica ligeramente horizontal.
Por el contrario, si el rostro es redondeado o ancho, se aplica de forma ligeramente oblicua, de manera que alargue el rostro.
En las pieles maduras el color se va difuminando con la edad, por lo que el colorete se hace un buen aliado, pero los cambios naturales en la piel y en la forma de la cara exigen variar la zona de aplicación.
En este caso se aplica el colorete en el centro de la cara y las mejillas, para compensar los cambios.
Aplicación del colorete
La aplicación del colorete es el toque final en la realización de un maquillaje. En este caso vamos a exponer la aplicación de un producto en polvo, el más utilizado de forma general. De esta forma, el proceso para aplicarlo puede realizarse en dos pasos.
Paso 1: Toma un poco de colorete con una brocha, sacude el exceso y aplícalo sobre el pómulo, extendiéndolo. Repite el proceso en la otra mejilla para mantener la simetría.
Procurar no aplicar demasiado color al principio, porque los excesos son difíciles de corregir.
Paso 2: Finalmente, difumina el colorete de manera que no se noten los límites.
Para conseguir el efecto rubor, aplica color en el centro de las mejillas. Conseguirás proporcionar color al rostro de forma natural.
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