Maquillaje profesional: armoniza tus rasgos

By 13 febrero, 2015 Ten Image No Comments

Maquillaje profesional: armoniza tus rasgos

¿Por qué hay rostros que te parecen atractivos y otros que no lo son tanto?

Que un rostro sea agradable a la vista no es casualidad. Aparte de las preferencias personales, la estructura y la forma del rostro tienen mucho que ver en el conjunto armónico.

Para determinar esta armonía, así como los elementos que la constituyen, existe un estudio de la forma del ser humano y sus proporciones. Hablamos de la morfología del rostro.

A pesar de que haya tantos rostros como personas, este estudio permite hacer una clasificación en grupos que mantienen una serie de características similares.

De esta forma, los rostros se pueden agrupar en rostros ovalados, cuadrados, redondos, triangulares, alargados, entre otros.

En este artículo te facilitamos algunas nociones para que identifiques los aspectos de tu rostro que puedes corregir. Además, te enseñaremos técnicas para conseguirlo.

Uno de los métodos más utilizados para corregir estos rasgos es el uso de productos de cosmética profesional. Un conjunto de artículos que puedes adquirir en numerosas tiendas especializadas, aunque cada día hay más personas que prefieren el maquillaje venta online.

¡Cualquier rasgo se puede mejorar!

Morfología del rostro

Analizando la forma, las líneas y los volúmenes de cada rostro, es posible identificar los aspectos más favorecedores, así como aquellos que no lo son tanto, con el objetivo de corregir las imperfecciones y realzar las partes que te hacen destacar.

Este estudio parte de unas proporciones estándar, los ideales. Una base para trabajar que se centra en tres elementos: los ejes, el plano central y el perfil.

El eje analiza las proporciones generales del rostro; es decir, la estructura ósea.

El plano central se basa en la observación de las medidas del rostro. Así, el rostro debe medir lo mismo desde distintos puntos, como, por ejemplo, desde el cuero cabelludo hasta la raíz de la nariz, y desde ésta hasta la base de la nariz. Analizando estas medidas sabremos si el rostro conserva un equilibrio entre sus partes.

Del mismo modo, en este plano podremos comprobar las líneas y las direcciones, ya sean ascendentes, horizontales o  descendentes, de las cejas, los ojos y la boca.

Por su lado, el perfil, como su propio nombre indica, examina el dibujo que crea la frente, la nariz y el mentón.

Consideraciones antes de empezar las correcciones

Una vez realizado el estudio morfológico del rostro, es el momento de pasar a la acción, pero hay que tener en cuenta que las características individuales también son importantes en el momento de corregir los rasgos.

Por esta razón, no sólo es importante fijarse en las dimensiones generales, la relación que tiene cada elemento por separado con el conjunto también es importante.

De tal manera, si hay algún rasgo que resulta característico y proporciona carácter a la expresión del rostro, no se aconseja corregirlo, aunque no cumpla los ideales o no tenga las proporciones más adecuadas. De lo contrario, el rostro podría perder fuerza y el resultado final sería contraproducente.

Métodos de corrección

Después de tener en cuenta estas consideraciones, es el momento de ponerte manos a la obra.

Para empezar, has de saber que existen distintos métodos para equilibrar los rasgos del rostro: técnica de visagismo y modificaciones a través del cabello.

El objetivo es conseguir amoldar estos tres métodos para lograr el resultado deseado.

¡Manos a la obra!

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Técnicas de visagismo

Con técnicas de visagismo hacemos alusión a una serie de técnicas de maquillaje empleadas para realizar correcciones relacionadas con las proporciones y la estructura del rostro.

En este caso, se trata de jugar con claros y oscuros, es decir, aplicar un tono de maquillaje distinto al del rostro para conseguir distintos efectos, mediante el uso de diversos productos.

Tonos claros

Se utilizan tonos de un color más claro que la piel, dos o tres tonos más claros, para dar relieve y destacar una zona. Normalmente se aplica en el mentón, los pómulos, la frente o el arco superficial.

Por ejemplo, para corregir una nariz pequeña, se debe aplicar el corrector claro en la superficie de toda la nariz. Por el contrario, para aportar ópticamente más volumen a una nariz estrecha, se añade maquillaje a ambos lados de la nariz.

Tonos oscuros

Por su lado, los tonos más oscuros consiguen dar profundidad a las zonas del rostro que lo precisen. Se sitúan en las áreas que se pretende disimular, como la frente, el mentón, debajo los pómulos, en el contorno del rostro, en una nariz larga para acortar su tamaño, etc.

Ten en cuenta que debes difuminar muy bien la aplicación de las correcciones, para que la sombra que resulta sea muy sutil.

Uno de los ejemplos más claros para armonizar el rostro a través del peinado es la frente. Para camuflar una frente demasiado ancha, prominente o incluso estrecha, un flequillo adecuado será más que efectivo.

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